El acné se produce cuando se bloquean los poros o pequeños orificios en la piel, conocidos como folículos pilosos, que es de donde sale el pelo.
Unidas a los folículos pilosos se encuentran Las glándulas sebáceas que son glándulas que secretan o forman sebo, un tipo de aceite que ayuda a eliminar las células viejas y mantiene la piel suave.
En el acné, estas glándulas comienzan a producir demasiado sebo. Este exceso se mezcla con las células muertas de la piel y ambas sustancias forman un tapón en el poro o folículo.
Las bacterias normalmente inofensivas que viven en nuestra piel pueden contaminar e infectar a los folículos obstruidos.
Aquí observamos como se inicia el acné. Primero tenemos un poro normal, luego una lesión inicial, se forman los comedones que se llaman comúnmente espinillas, tenemos comedones cerrados, los comedones abiertos, las pápulas y al final del gráfico se muestran las pústulas que contienen pus, todo este proceso va acompañado de inflamación.
Estos tipos de comedones pueden formarse en cualquier parte del cuerpo donde haya poros obstruidos. Las partes más grasosas del rostro, como la nariz, la barbilla y la frente, son más propensas a tener acné. Sin embargo, también es posible que los comedones se formen en el pecho, la espalda, los hombros y los brazos.
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